jueves, 8 de diciembre de 2016

Coedición vs Edición tradicional




La verdad es que no soy una experta en este tema, pero he tenido un poco de todo,  puedo hablar de coedición y edición tradicional.
Las editoriales tradicionales se adaptan a la época y por lo tanto, poco a poco van perdiendo ese estatus de  edición tradicional pura y dura. Se suman a un modelo sostenible (aunque no tanto para el autor). Este modelo es la coedición, y otros servicios que ofrecen de manera independiente.
Muchas editoriales tienen servicios de autoedición, pero bajo mi punto de vista, no es una autoedición completa, ya que, a priori, nos hacen creer que sí;  el autor cuenta con todos los servicios editoriales: publicación, maquetación, etc; las correcciones suelen facturarse aparte de lo anterior, más hay que añadir promoción, carteles, etc... Puede salir la broma al escritor  por un buen pico, y además,  éste no suele tener suficiente voz en el proceso creativo de la edición, en ocasiones, por su falta de experiencia.
En términos económicos es una autoedición, en términos editoriales es una coedición.
Muchas editoriales viven de los escritores que empiezan o que  les agrada el servicio que ofrecen, ya que los altos precios   y el bajo coste del material, asegura a este tipo de empresas el hecho de no cerrar, manteniéndose a flote.


Hoy voy a hablar de la coedición, según la R.A.E. es la edición promovida y financiada por dos o más personas o entidades.
En la actualidad, lo tengo claro, editoriales y autores aunan esfuerzos para llevar a cabo un proyecto. Lejos quedan las editoriales tradicionales, los contratos en los que la editorial adelantaba una regalía al autor por sus derechos y futuras ventas, lejos quedan esas editoriales que invertían esfuerzo, tiempo y dinero en promocionar sus obras para  que no cayesen en el olvido colectivo.Y aunque existen, las grandes se comen al pez pequeño, dejando a éste solo; en un inmenso mar de competitividad, pequeños márgenes y problemas. Porque, reconozco, que al igual que los autores que empezamos,  las editoriales pequeñas y honestas  lo tienen muy difícil, si desean prosperar en este mundo cada vez más hostil.
Y acceder a una grande para casi cualquier autor, es complicado, muy complicado.
Así que, mientras estamos sumergidos en el océano, nos damos cuenta de que no podemos ir a contracorriente, debemos fluir en el mismo sentido de la misma, dejándonos llevar. La coedición es una buena forma de empezar, si se desea que nuestra obra tenga algo más de visibilidad sin dejarte medio riñón en publicarla.
Hace un año fui a LIBER  (Feria Internacional del Libro), allí había quedado con una editorial que se dedicaba a publicar no sólo novela, sino cualquier otro tipo de manuscritos, desde cuentos juveniles a libros de diferentes materias: política, auto ayuda, etc. En la reunión, mi interlocutora me había asegurado que ellos no cobraban por editar las obras.
A los pocos días, reuní fuerzas y envié dos manuscritos, en breve, recibí un correo de la editorial, una propuesta editorial, cúal fue mi sorpresa al ver que me cobraban por la edición de cada una en torno a los cuatrocientos euros.
Hice cálculos, en aquél presupuesto iba incluido: cien ejemplares, publicidad, presentaciones, etc. Y las cuentas no me salían, ya que, en aquellos instantes pensé, que  la editorial también debía asumir ciertos gastos.
Se trataba de una coedición en toda regla.
Después de valorar aquello, opté por otros derroteros:
Uno de ellos, la edición tradicional, el otro, la autoedición pura y dura.
De ellos hablaré en las próximas entradas.
No obstante, no importa el medio, porque lo que está claro es que los que estamos escribiendo, deseamos con todas nuestras fuerzas sacar adelante nuestro trabajo y que además, éste  pueda ver la luz.
Un aplauso para aquellos que no decaen, que se esfuerzan por dar a conocer sus historias y entretienen a un público ávido por lo nuevo, y también por aquellas editoriales grandes y pequeñas que apuestan por nuevos autores y dan cabida a otras formas de edición, creando más oportunidades, que, lejos de ser  totalmente justas, en cierta manera, hacen posible el sueño de muchos autores: publicar.




Este es mi último post del año, os deseo Felices Fiestas y un maravilloso año 2017.
¡Hasta pronto, amigos!

viernes, 28 de octubre de 2016

Tipos de escritor



Aquí voy a exponer desde mi perspectiva neófita que poco a poco va a absorbiendo información, una breve clasificación de esa extraña criatura denominada escritor.

Lejos de lo que la gente piensa de nosotros y de la realidad, somos personas solitarias. Los medios hacen hincapié en mostrarnos personas con un perfil social media que no corresponde, y que además de  escribir, son blogueros, youtubers, filósofos cotidianos, cocinillas, periodistas dicharacheros (en esto último me incluyo) etc, etc...No obstante considero que si estamos todo el tiempo visitando las redes sociales e interactuando en ellas, además de sumarle las obligaciones cotidianas que no dejan hueco para la imaginación de un autor, lógicamente escribir lo que se dice escribir, se puede, pero poco, lo que implica alejarnos de nuestra verdadera vocación.
Debemos ser selectivos en la elección de las tareas y para aquellos que estamos empezando, escribir, es una forma muy efectiva de ejercitar algo que yo no había hecho hasta hace unos años: priorizar.
Cuesta, ¡y mucho!, sobre todo, cuando tu casa está hecha unos zorros y tienes que ponerte manos a la obra. O por la noche, que acabas agotado o agotada y no te quedan demasiadas ganas de avanzar en el borrador de tu última novela dado por el cansancio acumulado durante el día.

Pero haces un pequeño esfuerzo y tras pequeños avances, poco a poco, se van materializando aquellas historias inconfesables de la cabeza al ordenador.
Vayamos al grano, he aquí mi rara clasificación personal en lo que se refiere a tipos de escritor:

1. El de Corazón

Éste es el más agradecido y el más vocacional de todos, es muy probable  que perdure en el tiempo. Sus verdaderas ganas de transmitir a los demás sus historias le hace ser muy persistente en esta complicada andadura. Es perfeccionista e idealista. Es un tipo muy generalizado. A largo plazo puede ser el más valorado por los lectores.
En las redes sociales, no sólo muestra su obra o hace promoción de sus libros, sino que además comparte otros contenidos que puedan ser de interés general.

2. El de el Ego

Afortunadamente son muy pocos, ya que se trata de un escritor que carece de escrúpulos, es capaz de vender su obra como si se tratara de una enciclopedia Larousse; sale de las casetas de las ferias del libro, restando visibilidad a la editorial y al resto de escritores.

Le gusta estar rodeado de mucha gente, ser el centro de atención. Es un perfil muy convincente para la gran masa, pero carente de profundidad emocional, ya que se adapta en mayor medida al lector. Es muy valorado por las editoriales.

En las redes sociales se mueve como pez en el agua, elabora con cuidado la promoción de sus libros, publica sólo lo que él o ella hace, y promociona constantemente su obra. Utiliza numerosas plataformas para comercializarla.

 

 Arthur Miller y Marilyn Monroe ¿Quién utilizó a quién?


3. El Oportunista

Aquí, en este apartado, hay unos cuantos más que en el anterior,  se trata de aquél escritor o escritora que contacta con algún escritor famoso, etiquetándoles de manera abusiva en Facebook sobre eventos suyos; se hace fotos  con ellos de forma indiscriminada...
Aunque es apreciado por unos, hay otros que no le gusta este tipo de cosas, ya que en cierta manera con estos actos se  frivoliza la profesión y tampoco les gusta a aquellos que son autores de cierta relevancia, éstos se podrían sentir ofendidos y utilizados. 
El escritor oportunista, si no consigue sus objetivos, se puede sentir frustrado. Puede tener una vida corta en este complicado mundo.

En las redes sociales, muestra contenido suyo y de otros colegas de profesión.

4. El evolucionado. 
Al igual que el escritor de corazón, se encuentra fácilmente. Es aquél que ha pasado por todas las fases, y está por encima de las etiquetas y convencionalismos sociales; es el artista libre, que se ha liberado de cualquier opinión, sólo escribe porque le gusta y escribe lo que le gusta. Arriesga en la temática y profundiza en su estilo personal. No tiene en cuenta las masas, este tipo de escritor, le da igual todo, es transgresor por naturaleza. Es valiente y asume riesgos aún sabiendo que puede perder.
En las redes sociales comparte lo que a él o ella le interesa, suele tener gustos específicos con tendencia a la rareza, promociona su obra pero no de manera continua.
No obstante, mi querido autor, autora, futuro escritor o escritora, si no te encontraste en esta pequeña lista, es por la sencilla razón de que hay tantos tipos de escritores como  libros.

Todos somos escritores de corazón porque es algo vocacional, tenemos un poquito de ego, ya que es bueno para nosotros, el ego ayuda a abrirnos y a mostrar nuestro trabajo para ser devorado por el lector,  y nos vemos en la obligación de aprovechar las oportunidades que nos pueden brindar nuestros colegas de profesión,  mostrando  la misma consideración a un lector que a un escritor novel y/o autor consagrado. Y es ahí cuando empezaremos a evolucionar y a encontrar nuestro estilo propio y personal.
Quizá se despierte el ser  transgresor que llevamos dentro, ésa extraña y errática criatura que puede ser feliz en este camino, respetándose a sí mismo y  a los demás.

Y si por fin terminaste de leer este post  de esta extraña escritora, te invito a mi próximo evento, abajo indicado.

Un abrazo a todos los lectores, curiosos, escritores y artístas.
¡Hasta pronto!



© Patricia Bermejo Gallego


jueves, 18 de agosto de 2016

El bello arte del microrrelato. Parte 3 y última.

Retrato de Mary Shelley

De nuevo, me asomo por este lugar, para terminar lo que había empezado.
En entradas anteriores, compartí algunos consejos para empezar a escribir  relatos, y en especial, los microrrelatos.
Lejos de subestimarlos, al contrario, poco a poco, me he dado cuenta de que, a pesar de sus limitaciones en cuanto a su extensión, un buen microrrelato posee la ventaja de ser muy apreciado,  ya que hay muchos lectores que no pueden invertir demasiado tiempo en  leer.
El microrrelato es una suave y breve brisa para la imaginación del escritor, y a la vez constituye un reto para los que empezamos.

 Aquí van algunos consejos:

10. Evitar el uso de  pleonasmos.
Aunque esto se aplica para todo tipo de escritos, es fundamental llevar este consejo  "a rajatabla"  en un microrrelato.
Según la R.A.E., la definición de pleonasmo es la siguiente : Ret. Empleo en la oración de uno o más vocablos, innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho, como  en fuga irrevocable huye la hora.
Otros más comunes: sube arriba o  baja abajo.Cállate la boca. Etc.


11. No importa la estructura: introducción o planteamiento-nudo-desenlace.
La flexibilidad de un microrrelato es grande, ya que puede empezar in-medias res, esto significa que su comienzo  está situado en plena acción (nudo), pudiendo incluso no llegar a su fin (desenlace).

12. ¡No copien el trabajo de otros!
Este punto creo que es el más importante. Respetarlo como si fuera suyo. También y bajo mi humilde opinión, es mejor no presentar un pequeño fragmento de un relato largo, novela...como si se tratara de un microrrelato, ya que, aunque no lo crean, el corta-pega se nota, y en caso de concurso, el jurado, lo intuye.

Aprovechando mi última entrada dedicada al microrrelato, incluyo el último de temática oriental y versos haiku.




TÍTULO: LA LLAMADA

Descubrí  la clave en un verso…  Un ruido afuera me sobresaltó, al levantarme observé mis manos arrugadas por el transcurrir del tiempo.
Vivía en la región de Sendai, Miyagi, en un barrio de desarraigados edificios. Desde la terraza observé el cielo, éste se oscurecía gradualmente para recibir el ocaso.
Vivía solo. Mi esposa Reiko, murió al igual que mi hija Yurisa, en extrañas circunstancias.
La policía no encontró explicación. Mi única compañía fue mi adorada nieta Meiko, al terminar sus estudios universitarios, marchó a Tokio.
-Te llamaré.
Fue su última frase.
El persistente recuerdo de aquellas palabras me invadía ferozmente. Aficionándome al haiku.
Aún, sentado en aquella terraza, recuerdo mis últimas imágenes: Reiko, Yurisa y Meiko, mientras esperaba aquella llamada que nunca recibí, atesorando con mi muerte un secreto y la clave descubierta de aquel último verso del haiku.

Copyright Patricia Bermejo Gallego.
Año de publicación 2015 para la Revista Universo Letra. 



Coco Chanel y su biblioteca
En fin, ya estamos a mediados de agosto, muchos, estarán en la playa, otros en medio del verdor natural enclavado en una zona rural. Yo, como otros tantos, aún me encuentro en la ciudad, rodeada de asfalto, asediada por el calor característico de la estación.
Un montón de lecturas pendientes me aguardan, como pequeños soldados en posición de ataque. Invadida, y como  Coco, atenta a  la horda de libros que me esperan en las estanterías, les deseo un feliz mes de agosto y un bonito comienzo de septiembre.

¡Hasta pronto amigos!




miércoles, 3 de agosto de 2016

El bello arte del microrrelato. Parte 2



En mi anterior entrada, cité algunos sencillos trucos para comenzar a escribir microrrelatos.
Al principio, no me veía capaz de escribir relatos muy cortos, sin embargo, a medida que voy haciéndolo, me doy cuenta  de que es una buena forma de empezar el camino de las letras (yo, lo hice a la inversa).
El formato corto permite pulir un poquito más nuestro estilo personal de manera rápida y eficaz.

Aquí os presento más trucos:

6. El uso excesivo de preposiciones.
Éstas, en alguna ocasión,  pueden llegar a ser innecesarias en el microrrelato. Esta norma se aplica a cualquier escrito con independencia de su extensión.
Menos = Más. (De nuevo, me repito, no lo puedo evitar)

7. Concretar para definir. 
En este caso me es más sencillo explicarlo con el siguiente ejemplo.
No es lo mismo: Un perrito de rostro sagaz,  ojos y hocico de  color negro intenso, pequeñas orejas, de pelaje  oscuro, liso y lacio, con algunos mechones en su cabeza  dorados, jugaba con los cordones de los zapatos.
Que: Un Yorkshire Terrier jugaba con los cordones de los zapatos.

8. La fantasía, el aliado perfecto.
Inclusión de criaturas fantásticas, acontecimientos paranormales, etc., aportarán originalidad sin someterle  al rigor excesivo en cuanto a contenido. El surrealismo, además, ofrece cierta libertad al escritor en sus comienzos.
En definitiva, utilizar la imaginación puede  ser nuestra mejor baza para el desarrollo del relato.

 
9. Lo más importante: leer, corregir y aprender de los demás y de nuestros propios errores.
Leer  microrrelatos de otros autores le ayudará en su camino.  Hay un montón de gente interesante que comparte sus consejos de escritura en blogs, webs, YouTube, etc. Y echar un vistazo el trabajo de los demás de forma constructiva, conseguirá mayor conocimiento, y, de manera indirecta dará visibilidad a otros, que, como yo, nos dedicamos a esta difícil y maravillosa andadura.
 
Para terminar, comparto dos microrrelatos de temática oriental y versos haiku, rescatándolos de un inexorable olvido por el devenir cotidiano.
 
PERSIGUIENDO AL CHICO RÁPIDO

Había dado con la clave, y mientras leía aquellos versos, sin darme cuenta, mi rival, un muchacho desconocido, me arrebató el papel. Se alejó corriendo, era muy rápido, más rápido que yo.
Recordé las palabras de mi Instructor. Según él todos teníamos corazón de guerrero.
-Debes desarrollar la paciencia, es la virtud más valiosa- Decía.
En aquellos instantes, en plena carrera, mi necesidad por recuperar aquél papel era tal, que la paciencia no hizo acto de presencia. Sólo tenía que buscar la debilidad de mi contrincante y aprovechar la oportunidad. Me mantuve en carrera tras él. Aquél chico paró repentinamente. Con relativa facilidad, le arrebaté el papel. El muchacho me observaba con autosuficiencia, escondido bajo su máscara. La lluvia, y al fondo, el majestuoso Monte Fuji como escenario, me sobrecogió momentáneamente. Acto seguido, y sin esperarlo, él sacó su espada. Por mi parte, no deseaba enfrentarme. La clave estaba a salvo, ¡conmigo!. Él sin inmutarse, me dejó escapar y guardó su espada.
Con paso largo, me alejé.
Años después comprendí que aquél chico rápido era el Instructor.
Un día, mientras caminábamos, recitó aquellos versos del haiku de memoria
.
 
Año de publicación 2015. Para la Revista Universo Letra
Copyright Patricia Bermejo Gallego
 
CAJA DE MUSICA

Descubrí el mensaje en un verso del haiku. Tenía que encontrarle, Okura, mi compañero de patrulla se llevó el papel. Desapareció con él.
Fui a su casa, a investigar. Tras varias preguntas, las cuales su esposa contestaba sin dejar de llorar. Dictaminé que las causas de abandono debieron ser por fuerza mayor.

-No se preocupe señora, le encontraremos- decía auto engañándome.

El tiempo transcurría y cada vez era más difícil mantener la esperanza. Okura, había desaparecido.
Un día, su esposa fue hasta la pequeña comisaría del barrio, al verme, me entregó un papel. Por lo visto lo encontró días después de la desaparición.
Un dibujo en blanco y negro; parecía ser una caja, adornada con motivos florales.
Sin perder tiempo, fui a su casa, y en la habitación, encontramos una caja exactamente igual, dentro de un armario.
La caja era de su hija, de la pequeña Takara.
Al abrirla, el sonido monocorde le otorgaba misterio a la escena. Dentro de una pequeña caja de música había sobre el papel varios versos del haiku. En ellos se encontraba aquél verso que contenía el mensaje oculto
.

 
 
Año de publicación 2015. Para la Revista Universo Letra
Copyright Patricia Bermejo Gallego
 
Un abrazo a todos los curiosos,   lectores y amantes de las letras.
¡Hasta pronto!