Todos habíamos participado de manera altruista, las ventas, fueron destinadas a la Asociación Debra, que se encarga de ayudar a los niños afectados por la piel de mariposa, una enfermedad dura y despiadada, que se ceba en el desarrollo de la piel del niño y en el alma y ánimo de la familia.
La antología es un conjunto de relatos cuyo tema central es el amor, en ellos se refleja dos tipos (Eros y Philia), parcialmente Ágape.
A modo aclaratorio según Platón los tres principales y más conocidos tipos de amor que nos habla en su obra "El banquete" son:
Eros: es el amor de pareja, el sentimento idealizado, el éxtasis del comienzo...
Philia: Es el amor por la familia, los amigos... busca una satisfacción más allá de Eros.
Ágape: Es el amor más puro, más filantrópico. Es el amor hacia la humanidad.
Es una obra ilustrada y por ser autoeditada, se editaron un número limitado de ejemplares.
Aquí os dejo mi aportación (Philia) para que no caiga en el olvido inexorable por el transcurrir de los días y en el anonimato.
Título: EL ÚLTIMO ALIENTO
Antología Piel de Mariposa, Lo que a cupido nunca conté.
VVAA
A mis hijas.
Lejos, muy lejos del amor romántico, que con su abrazo nos envuelve en una sublime y atormentada locura, existe otro, que ni el paso del tiempo, ni las inclemencias del ambiente que nos rodea, no impide su crecimiento, al contrario, supera con creces el romanticismo de pareja.
Cuando te tenía muy dentro, me di cuenta
que no estaba sola, sabía que ese sentimiento llamado egoísmo anclado en mí
durante bastante tiempo, desaparecería con tu llegada.
Y así fue.
Llegaste como un tesoro, un tesoro que no
deseaba compartir con nadie. Mi enfermiza pasión hacía que te tuviera en mis
brazos durante todo el tiempo. Pero, un triste avatar y la consciencia de tu
quizá prematura soledad, precipitó la llegada de tu hermana, y juntas,
empezasteis el camino.
¡No sé qué va a depararnos en medio de la
vorágine material! Lo único que sé es que fui, soy y seré, la espectadora fiel de vuestras vidas. En vuestras caídas,
aquí estoy, aquí estaré y os levantaré
como gráciles pajarillos. Vuestras
victorias, serán mi triunfo, vuestras alegrías, mi tranquilidad, y vuestras
penas, mi lucha.
Todo ello desde la sombra, que, con el
paso del tiempo, se irá haciendo imperceptible, hasta desaparecer por completo
porque aprenderéis a salir victoriosas sin mi ayuda.
No importa lo largo del camino, no
importa las piedras que se interpondrán en él, vosotras, hijas mías, estaréis
por encima de todo.
Os mostraré de qué material estáis
hechas, de una incomparable materia, según las circunstancias: dura como el
acero, blanda como la espuma. Y cuando aprendáis a moveros con soltura en este
mundo vulgar y mentiroso; Entonces nada ni nadie podrá interceptaros porque,
poco a poco, juntas, derrumbaremos esos falsos paradigmas que generación tras
generación se han ido asentando en nuestra memoria, impidiéndonos avanzar con
mayor facilidad.
Os diré, sin imposición alguna, en voz
muy baja, tan baja que ni el aire me pueda escuchar, los secretos que
envuelve la vida, antes de que otros, os arrebaten vuestra psique.
Intentaré como madre, estar a la altura
de las situaciones (por muy difíciles y tortuosas que sean), posicionándome a
vuestro lado. Nunca por encima, ni por debajo.
Saborearé cada instante de vuestras
vidas, convencida de que el aura limpia
y fuerte que os envuelve, es tangible, auténtica.
Caminad erguidas, alzad vuestras
barbillas; con la mirada al frente, mostrad al mundo la riqueza de vuestra
alma, sin que ésta se corrompa con la envidia o la avaricia. Y, mientras
trazáis con vuestra luz el camino, aprended todo lo que podáis durante la vida,
y enseñad a aquellos que creen de todo corazón en vosotras, lo que habéis
aprendido.
No seáis fieles a una religión, a falsos
dioses, que además de no existir como
tales, se hacen pasar por deidades que se alimentan de nosotros de manera
visceral.
Abandonad a un rebaño ciego, de
prefabricada mansedumbre, ya que ésta, los mantiene inmóviles.
Vibrad en un estado alto de energía, tan
alto, que nada ni nadie os puedan alcanzar ni absorber. De esta manera, la
tristeza será un aspecto inexistente en vuestras vidas, reinando la alegría.
Pues portaréis el estandarte de la bandera del optimismo.
Olvidad vuestro ego, aislad el rencor, la
duda, y el terror, y avanzad hacia las metas establecidas superando los
obstáculos que se puedan interponer. Abandonad la pereza, y todo aquello que no
os ayude a alcanzar el objetivo.
No os aferréis al pasado, quedaos con lo
mejor de los días. Apartad con rapidez los sentimientos negativos con puños de
hierro. Mostrad firmeza cuando sintáis flaqueza. No os salgáis del camino, sed
precavidas permaneciendo en él, hasta que logréis vuestros sueños; y una vez
que hayáis alcanzado la razón de vuestra felicidad, yo habré alcanzado mi
cometido: la gloria de haber sido elemento activo de vuestra dicha.
Habéis nacido para brillar como
estrellas en un firmamento que con el
paso del tiempo se está haciendo cada vez más oscuro…
Más allá de la vida, existe un mundo
espiritual, entes que no necesitan vivir en un mundo material, en el cual, nos encontramos inmersos, y que,
como criaturas materiales, nos desenvolvemos sin más remedio en la excesiva e indeleble dependencia de lo
material que, en ocasiones, aboca al ser humano al borde de la desesperación, a
un estado permanente de inconformismo y vigilia.
Esto es mucho más que una carta de amor,
es quizá la mayor muestra de amor que puedo ofrecer a mis hijas antes de que mi
último aliento se lleve consigo, mi cuerpo, mi alma y un conocimiento intuitivo
y ancestral.
Quizá me equivoque en algunos
argumentos, o, quizá, me halle más próxima a la verdad de lo que nos rodea: que puede ser todo, o puede ser nada.
Os pido hijas mías, que no lloréis, no
sufráis por mí cuando mi menudo cuerpo se marchite, porque desde la inmaterialidad de mi nuevo
mundo, me colocaré en primera fila, muy cerca del escenario, envuelta en una
extraña soledad de un eterno limbo, para
seguir siendo la espectadora fiel de vuestras vidas.
Porque sois y seréis, las actrices
principales de la mayor obra: Mi vida.
Copyright del texto y la ilustración Patricia Bermejo Gallego, año 2016
Contenido procedente de la Antología Benéfica: Lo que a cupido nunca conté, año 2016