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Eleanor Alice Burford
Hibbert.
Copyright fotografía de Toni
Catany
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Voy a hablar de una cuestión que
afecta a todos, en especial a los escritores (tanto a los que empezamos
como a los consagrados), de alguna manera u otra, ésa cuestión tan ineludible,
es sin lugar a dudas la Diosa Inspiración.
Mientras que unos creen en dioses
griegos y escandinavos, (de entre otros muchos), yo creo en esa fuente
inagotable que encontramos en nuestros autores fetiche, fuente caprichosa que
en ocasiones nos envuelve con su intenso abrazo y nos obliga a escribir
inexorablemente cosas o pensamientos sin tener en cuenta si éstos son
políticamente correctos, o lo estamos haciendo bien, y que, sin tiempo para dar marcha atrás, estamos
inmersos en una aventura que no cesa, una locura, y es, la escritura.
En mi caso lo tengo claro, y es
posible que Ud. autor o autora, o curioso y amante de las letras también.
Y no es sólo aplicable a nosotros, también a los lectores, ellos, saben cuáles
son sus autores favoritos y qué tipo de novela les gusta sin titubear en ningún
momento, pues sin vacilar reconozco que yo también tengo mis autores favoritos
y novelas, porque antes de escribir, fui
(y si el tiempo me lo permite), he sido y soy lectora.
¡Mi querida y apreciada Eleanor,
no me observe con esos ojos chispeantes y con mirada vivaz allá donde quiera que esté! Ud. Ha sido una
de las culpables de mi loca aventura.
Me topé con ella por casualidad,
vino como un regalo que no era para mí, pero que al final acabó siendo un
libro suyo, un sencillo y poderoso libro de tapa blanda.
Eleanor Alice Burford más
conocida como Victoria Holt, Jean Plaidy o Philippa Carr de entre otros
seudónimos, fue una escritora inglesa que se dedicó a la novela
romántica, histórica y con tintes góticos. Desde luego, que la Diosa Inspiración fue su compañera fiel a
lo largo de su vida, con más de doscientas novelas en su haber. Comenzó escribiendo relatos breves. Con su primera
novela Mellyn, se convirtió en un Best Seller, consagrándola como escritora.
Cuatro años antes de su muerte, en 1989 recibió el prestigioso premio Golden
Treasure por su gran contribución al género romántico.
No obstante, de todas sus
versiones me quedo con Victoria Holt,
ya que con este seudónimo hay dos novelas que han constituido mi inspiración. No
son las más famosas, ni quizá las más brillantes, pero no dejan indiferente a
un lector que se adentra en el mundo de Eleanor, un mundo lleno de romanticismo
(en ocasiones crudo), cargado de
erotismo elegante no explícito, un romanticismo de carácter tradicional y casi siempre rodeado de acontecimientos históricos. Sus
personajes femeninos son mujeres fuertes, de físico atrayente y vitalistas. Los
masculinos son oscuros, carismáticos y
sensuales; dando lugar a un magnetismo
en estado puro; Y a pesar de lo predecible de sus personajes principales, sus
giros y el suspense que imprime Eleanor es tal, que impulsa al lector neófito
(como lo era yo por aquél entonces) a terminar el libro aunque fuera las tres
de la mañana.
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Portada de la novela El amante
Diabólico,
Editorial Grijalbo Mondadori, 1996.
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Una de mis favoritas se titula El amante diabólico.
De hecho, este que se observa,
fue el primero que leí y no olvidaré sus reiteradas lecturas. El argumento
vislumbra ése carácter indómito de su personaje femenino. Kate Collison, es
hija de un reconocido miniaturista inglés; éste es solicitado para realizar un
importante encargo para el Barón de Centeville. Kate sufre un avatar al
comprobar que su padre está perdiendo la vista, y para no perder el trabajo,
ella urde un plan, quizá un engaño que el barón desde el principio descubre.
En plena guerra Franco-Prusiana, Kate conocerá el odio, el sexo con un mecenas atrayente,
despiadado, cruel, y amante del arte, que
vislumbra el potencial de Kate,
convirtiéndola en una afamada artista. Finalmente
ciertos acontecimientos transforman al Barón en alguien vulnerable y el verdadero
y genuino amor vence a las dudas de Kate y las adversidades de la época.
La segunda, Mi enemiga, La Reina, , para mí leerla fue
fascinante. En esta obra, refleja el poder implacable y las debilidades de Elizabeth de Inglaterra, un trono convulso, el cual, la rivalidad entre su
hermana, la católica María, y las intrigas de importantes cargos de la corte, son manejadas de manera estratégica por la Reina a su antojo, para uso territorial y disfrute personal.
Lettice, pariente de
la Reina por parte de madre, emparentada con los Bolena, en su vejez
recuerda los acontecimientos de su vida, concretamente cuando comienza a
adentrarse en la Corte, como una de las damas de honor de la Reina. Allí encontrará a su amor, el apuesto Robert
Dudley, Conde de Leicester y favorito indiscutible y por antonomasia de la
poderosa reina. Y es ahí en ese punto de inflexión, en el cual, la relación
cambia. Lo que empezó como una cordial relación entre casi primas (ya que la
madre de Lettice era prima de la reina),
acabó en la distancia.
Con el tiempo y tras varios
acontecimientos Lettice (Lady Essex) va descubriendo el carácter fuerte e
implacable de Elizabeth. Y también el suyo propio, éste hace que ella misma se atreva incluso a rivalizar con la
mismísima Reina.
La narración de Eleanor, en esta
ocasión es más realista y menos convencional, los personajes principales son
físicamente idealizados, aunque cada uno se mueve por propio interés, lo
cual, los hace más humanos. Cabe destacar, el personaje de la reina; de
manera magistral Eleanor justifica la ambición y los actos maquiavélicos de
Isabel, además, nos adentra hacia los cambios físicos por el transcurrir del
tiempo y las fragilidades de una reina en apariencia de imperturbable poder, carismática y cruel…que irremediablemente
atrapa al lector, con sus virtudes y sus defectos, haciendo de la Reina, el personaje principal de la novela.
Sí… Mi querida Eleanor Alice
Burford, Ud. Forma parte del olimpo literario, fue y sigue siendo una de las
grandes diosas de las letras románticas, porque siempre será mi Diosa Inspiración.
¡Dios salve a la gran dama de la novela romántica!
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Cubierta de la novela Mi enemiga, La Reina,
de Círculo de Lectores,
cedida por Grupo Editorial Random House
Mondadory, S.L. 2003
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